José Almonte Gallego (1898 – 1989)

Conocido pintor sevillano. Especializado en pintura costumbrista de la época de Goya.
Expone en toda Andalucía así como varias veces en Madrid y Barcelona. Anteriormente había residido en Suiza y expuso en las más conocidas galerías de Laussane, Mountreaux y Vevey.
Fotografía del pintor sevillano José Almonte Gallego en 1982 en su estudio de la Plaza de San Marcos
José Almonte Gallego en 1982 en su estudio de la Plaza de San Marcos

Extracto biográfico

El pintor José Almonte Gallego, nace en Sevilla en 1898, realiza sus estudios de pintura en Bellas Artes de la misma ciudad, siendo profesor de dibujo en las Escuelas Pías, así como titular en la Escuela Superior Santa Isabel de Hungría.

Se especializa en pintura costumbrista de la época de Goya, llegando a ser un gran conocedor de esa época: vestimentas, costumbres y paisajes urbanos se reflejan en sus obras.

Expone en toda Andalucía así como varias veces en Madrid y Barcelona, en Granada lo hace en la Galería Meliá los años 1976, 1978 y 1981, en Motril en la Galería Hangel en agosto de 1978.

Anteriormente había residido en Suiza y expuso en las más conocidas galerías de Lausanne, Montreaux y Vevey.

Muere en Sevilla en el verano de 1989, habiendo pintado hasta los 90 años de edad.

Algunas críticas sobre José Almonte

La pintura de Almonte es vivaz, limpia, clásica y muy comunicativa. Tiene un gran poder de atracción, gracias a su color, a su realismo, a una espontaneidad que hace que sus figuras se salgan del marco para abordar la sensibilidad del espectador y sugerir y encantar. Pero que sus flores, preciosas y vivas, más que sus bodegones y naturalezas muertas, que aparecen redivivas, donde José Almonte, expresa su plenitud, su madurez, su transfiguración, diríamos, es en esas escenas sevillanas de la época goyesca. Ahí sus óleos alcanzan categoría y calidad de primera magnitud. Así ocurre con esos cuadros «Fiesta de boda», «La rifa del beso», «El piropo», «Calle Hernando Colón», «La merienda », «Calle de los novios», «Riña en venta de la Paloma», «Descanso de la partida», «Dama de época», figuras en cornucopia y en fin una serie de cu adros de figuras andaluzas. Almonte recrea prodigiosamente con su sentido de la poesía y de la nostalgia todo un mundo que ha desaparecido pero que subsiste en el arte de este pintor original.

MANUEL NARANJO

«Los bodegones y floreros de Almonte son de una belleza extraordinaria, vigorosos de color, macizos de calidades y dibujos, respiran optimismo, sensibilidad y ese noble sello decorativo que resbala armonioso como pátina por todas las telas de Almonte».

Contemplando sus lienzos de costumbres, podemos admirar como ilustrador de la época del ochocientos, damas engalanadas, emperillados brigadieres, petrímetres, toreros, coches enjaezados, guapos de barrio, etc, sabiendo arrancar con soltura toda la psicología de los personajes del pasado.

RICARDO RUFINO (De su libro «El arte en Sevilla»)

José Almonte, torna, como motivo de inspiración, a la España romántica de la segunda mitad del siglo XVIII y la primera del XIX. Con sus pintorescos atavíos, y la alegría de vivir discurren en sustitución más animada toreros y majos, damiselas de abanico que sonríen parlotean y deambulan entre regocijo y goce. Tales son los temas de este amable pintor sevillano.

La gracia y la ligereza con que toca la pintoresca indumentaria de sus personajes, sobre todo la femenina, la agilidad y corrección del dibujo, la excelente distribución de las masas, la luz alegra y
finalmente matiza, todo coadyuva al buen efecto de estos cuadros.

En su exposición, se encuentran además de sus tan agradables cuadros de costumbres, bodegones, floreros y miniaturas. Estas naturalezas muertas las selecciona por su valor e intensidad cromáticas, lo que las hace muy vistosas sin mengua de su naturalismo.

Pintura muy agradable, fácil de comprender y rica en valores positivos de bien hacer, gusta mucho al público.

Marino ANTEQUERA
Del Ideal de Granada, 1976

José Almonte en sus estudios

Foto de José Almonte Gallego en los años 40
José Almonte en 1957
José Almonte en su estudio en 1983